Un informe del Banco Europeo de Inversiones y DG Connect señala la necesidad de potenciar las inversiones en tecnologías como Blockchain e Inteligencia Artificial para evitar que Europa quede rezagada frente a Estados Unidos y al gigante asiático.
El BEI en colaboración con la Dirección General de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación de la Comisión Europea (DG Connect) ha desarrollado una importante investigación sobre los retos tecnológicos que afrontan los países de la unión.
El estudio aborda las oportunidades que ofrecen tecnologías disruptivas como Blockchain y la IA para que Europa dé un salto adelante en clave verde y digital, llegando a la conclusión de que de momento el viejo continente está perdiendo el paso frente a EEUU y China, aunque el proceso puede ser reversible si se hace una decidida apuesta por invertir en los sistemas del futuro.
Las cifras de las que se parten son bastante modestas, según el informe, ya que actualmente los países que conforman la UE apenas destinan unos 1.750 millones de euros anuales a estas tecnologías (de los que tan solo unos 100 millones fueron a Blockchain).
En contrapartida, se calcula que para cerrar esa brecha con sus competidores, Europa debería invertir en años sucesivos más de 10.000 millones anuales para impulsar su transformación digital, equiparando su esfuerzo inversor al estadounidense y al chino, que suman actualmente el 80% de las inversiones mundiales anuales, con un gasto aproximado de 20.000 millones de euros.
Europa no puede volver a quedar rezagada como ocurrió en la primera revolución digital.
De este modo, lo más positivo es que todavía no es tarde para situarse a la cabeza en implantación de las tecnologías que determinarán el mañana más inmediato, algo que de descuidarse supondría repetir errores pretéritos, teniendo en cuenta que Europa ya se quedó al margen de la revolución tecnológica que alumbró Google, Amazon o las redes sociales, y tampoco está precisamente a la vanguardia en campos como las redes 5G o la computación cuántica que también lideran China y Estados unidos.
Es muy importante tener presente que rezagarse en Blockchain e Inteligencia Artificial supone quedarse atrás en el mercado global en ámbitos que van desde la extracción de materias primas o las finanzas hasta el eCommerce. Por no hablar de todo el potencial de estas tecnologías en áreas cruciales como transformación digital, eficacia y ahorro de las administraciones; eficiencia energética o sostenibilidad medioambiental.
Una fortaleza investigadora que no cristaliza en el desarrollo de un tejido empresarial.
La paradoja que señala el informe del BEI es que Europa cuenta con más investigadores expertos en estos temas que sus competidores, unos 40.000 en contraposición a los 30.000 de EEUU y los 20.000 de China. Asimismo, lidera el ranking en investigaciones especializadas sobre la materia con un 30% de la producción científica aproximadamente, y todavía más, en el seno de la Unión hay países como Estonia en los que se han implantado con mucho éxito modelos de e-administración con tecnología Blockchain que apenas se han esbozado en otros lugares del mundo.
El gran freno es la ausencia de inversión y de ayuda a las empresas emergentes, lo que explica que mientras que en Estados Unidos hay actualmente casi 3.000 Pymes especializadas en tecnologías disruptivas, en Europa solo existan poco más de 1.200, con Alemania y Austria liderando el ranking seguidas de Países Bajos, Francia y España. Además, estos cinco países concentran el 55% de todo el tejido empresarial de estos sectores innovadores.
Además, se da el problema añadido de que muchas startups europeas prometedoras son engullidas en su fase más crítica por grandes compañías norteamericanas como Google, Amazon, Apple o Meta, los grandes protagonistas de la primera revolución digital que quieren aprovechar el capital y el caudal de experiencia acumulados para seguir liderando la venidera.
El BEI receta programas ambiciosos de inversión para impulsar un tejido empresarial europeo de tecnologías disruptivas.
Por ello, el informe del BEI alerta de la necesidad de una fuerte apuesta inversora para impulsar el ecosistema de negocio en paralelo al despliegue del mercado, acortando el trecho entre los menos de 2.000 millones de euros recibidos por las empresas europeas y los casi 18.000 que percibieron sus homólogas norteamericanas, que se benefician además de la existencia de fondos de capital riesgo como Paradigm o Pantera Capital orientados a tecnologías como Blockchain.
Para contrarrestar todo esto, Europa precisaría canalizar hasta 10.000 millones anuales hacia el incipiente tejido de empresas innovadoras en IA y Blockchain, con la vista puesta en desarrollarlas, fortalecerlas y hacerlas más competitivas, lo que requerirá de un esfuerzo coordinado público-privado dada la cuantía de los fondos que resulta preciso movilizar, que se elevarían a unos 90.000 millones solo para la siguiente década.
Renunciar a ese esfuerzo inversor equivale a resignarse al liderazgo en las industrias de Inteligencia Artificial y Blockchain de Estados Unidos y China, lo que les permitirá marcar la agenda tecnológica y digital al resto de países del globo.
Primeras iniciativas para fortalecer tecnológicas y transformar digitalmente grandes compañías.
De ahí, que precisamente el BEI y el Fondo Europeo de Inversiones ya estén desplegando programas para la capitalización de las empresas de estos sectores, tanto por la vía directa como por la indirecta, aprovechando de paso para acelerar la transformación digital de las grandes compañías europeas.
Un buen ejemplo de ello es el préstamo 57,5 millones que acaba de recibir Prosegur para impulsar su proceso de digitalización, y poder redimensionar sus servicios mediante la implementación de sistemas de IA, Blockchain, IoT y automatización de procesos, para lo que contará con el soporte técnico de start-ups europeas.
En este sentido, también los fondos europeos de recuperación Next Generation EU pueden ser un fantástico catalizador de la inversión en estas tecnologías disruptivas, teniendo en cuenta además que la transformación tecnológica y digital de administraciones y empresas se ha trazado como uno de los ejes preferentes de actuación.
El Plan España Digital 2025 podrá desarrollarse con fondos europeos.
De hecho, aquí en nuestro país ya se ha diseñado el Plan España Digital 2025 bajo el estímulo de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, con el objetivo tanto de impulsar el ámbito de la I+D+i, como de ayudar a las empresas a desarrollar servicios y soluciones basadas en la Inteligencia Artificial (IA), el Big Data y tecnologías transformadoras como el Blockchain, integrándolas en las cadenas de valor.
Fruto de esta apuesta son las recientes ayudas aprobadas por un total de 105.000.000 €, que se dividen en proyectos de investigación industrial (50.000.000 €) y de desarrollo experimental (55.000.000 €) en tecnologías de Inteligencia Artificial (machine learning; deep learning y redes neuronales), Blockchain, Internet de las Cosas (IoT), high performance computing y cloud computing, biometría e identidad digital, robótica, Realidad virtual y aumentada o Impresión 3D, entre otras.
Pese a que estas ayudas vayan en la buena dirección, lo cierto es que pueden servir únicamente como un pequeño estímulo, tanto por la cantidad de ámbitos que abarcan (al incluir prácticamente cualquier tecnología, hasta la de efectos especiales por ejemplo) como por su cuantía limitada, que de ninguna manera copa las necesidades detectadas por el Informe del BEI.
Cabe desear que ese esfuerzo inversor se multiplique exponencialmente, y que en él participen desde las distintas administraciones hasta la iniciativa privada, con fórmulas de coinversión que movilicen los recursos precisos para capitalizar y ayudar a desplegarse a un sector clave para el futuro más inmediato.